Desde la Web 1.0 a la Web 5.0

¿En que época vive?

Aunque no perciba peligro inminente, aproveche este momento de balance que promueve la crisis para evaluar su estrategia online. «Cada estadio en la evolución de la World Wide web ha demostrado tener la capacidad de transformar negocios y empresas», asegura Ajit Kambil, director global de Deloitte Research, en un artículo recientemente publicado en el Journal of Business Strategy. Aunque todavía es un desafío -o una cuenta pendiente- para muchas empresas, la era de la Web 2.0, según señala Jamil en la nota, está cediendo el foco de atención y la posición de privilegio a la Web 3.0, la red semántica. Y la versión 4.0, o móvil, ya está preparada para despegar, con una aparentemente lejana Web 5.0, la red «sensible», pisándole los talones. La breve descripción que sigue puede ser útil para determinar en qué etapa de ese vertiginoso circuito en paralelo está centrada su estrategia.

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WEB 1.0: Internet básica. Limitada, usada fundamentalmente para publicar documentos y realizar transacciones. Con ella, las grandes empresas inauguraron su estrategia online. Crearon un sitio donde publicar información corporativa, y desarrollaron planes de marketing y ventas que incorporaban la Web como nexo con los clientes.

WEB 2.0: La red social, la de la colaboración. La que a fines de los ’90 cambió el rol de los usuarios, que empezaron a co-crear socialmente contenido y valor. Los símbolos: YouTube, Facebook, Linkedln, deli.cio.us, Wikipedia. Una plataforma cooperativa en la que el poder colectivo y los efectos de red (la cola larga o «long tail») abrían la posibilidad de generar un valor extraordinario. Hora de modificar los modelos de negocios para aprovechar las ventajas de «escalar» cada contribución individual, y de prepararse para convivir en el Gran Hermano virtual.

WEB 3.0: La red semántica. La inteligencia humana y la de las máquinas combinadas. Información más rica, relevante, oportuna y accesible. Con lenguajes más potentes, redes neurales, algoritmos genéticos, la Web 3.0 pone el énfasis en el análisis y la capacidad de procesamiento. Y en cómo generar nuevas ideas a partir de la información producida por los usuarios. Quien invierta en eso y, en el nuevo mundo transparente, concentre energía y medios en comunicarse y generar confianza desde la Web, será el dueño de las ventajas competitivas.

WEB 4.0: La red móvil. A partir de la proliferación de la comunicación inalámbrica, personas y objetos se conectan en cualquier momento y en cualquier lugar del mundo físico o virtual. O sea, integración en tiempo real. Con más «objetos» en la red, se suma un nuevo nivel de contenido generado por los usuarios, y con él, otro nivel de análisis. Por ejemplo, el GPS que guía al automóvil y hoy ayuda al conductor a mejorar la ruta prevista o a ahorrar combustible, en poco tiempo le evitará el trámite de manejarlo.

WEB 5.0: La red sensorial-emotiva. Aunque un blog provoque un debate furioso o un video en YouTube genere una reacción en cadena, la Web es «emocionalmente» neutra: no percibe qué siente el usuario. Según Kambil, aunque las emociones siguen siendo difíciles de «mapear», ya existen tecnologías que permiten medir sus efectos. El sitio wefeelfine.org rastrea frases emotivas en la Web, las categoriza, y registra la frecuencia y ubicación de «clusters» de sentimientos. La empresa Emotiv Systems ha creado, neuro tecnología mediante, auriculares que permiten al usuario interactuar con el contenido que responda a sus emociones o cambiar en tiempo real la expresión facial de un «avatar». Si se pueden «personalizar» las interacciones para crear experiencias que emocionen a los usuarios, la Web 5.0 será, sin duda, más afable que sus antecesoras.

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